Morir... a mi...

POEMA VEINTIUNO

Temo que si la experiencia del morir
llega a llegarme
uno de esos días soporosos en que,
a juzgar por lo automatizado de mis actos,
debo estar creyéndome inmortal,
no la reconozca,
y la viva creyéndola por ejemplo un dormirme,
esto es, una experiencia habitual.

***
Temo que si la experiencia del morir
llega a llegarme
uno de esos días soporosos,
turbios, con panículo de muro,
en que, a juzgar por lo automatizado de mis actos,
mi alerta está atrofiada,
no la comprenda,
y no pueda prenderme a ella para formar con ella
una solución cristalina, una muerte pura.

***
Temo, es decir, se me ocurre
que si la experiencia del morir,
del cerrarse la canilla a través de la cual
hasta ahora voy escurriéndome vivo,
llega a llegarme
uno de esos días soporosos,
de navegación a ciegas, de subterraneidad,
en que, a juzgar por lo automatizado de mis actos,
mi alerta está atrofiada,
desaprovecharé esa oportunidad única,
esa posición de observación única,
desde la que debe poder observarse
cómo se inaugura el discipulado de la desencarnación.

Del Rubén MAKINISTIAN ( "ANTIFACES")