Benvingut


"El tamaño no importa.Veme a mí. ¿Por mi tamaño me juzgas?... Y no deberías.
Pues mi aliada es la fuerza, y una poderosa aliada es".(frase de Yoda en la "Guerra de las galaxias").



jueves, 30 de diciembre de 2010

Locura... ¿Que la cura? Lo que cura... ¿Lo cura...?



Mirando la violencia de una situación por televisión, pienso en la locura..., evoco mi propia violencia...,  mi propia locura.
Honestamente, no puedo interesarme por la paz en el mundo sin sentirme cuestionada en mis propias guerras, en mis propias guerras locas en la que estuve sumergida y a veces estoy...  sin ocuparme  de trabajar por la paz en mi vida.
Una paz que por primera vez, veo claramente necesaria... realmente deseada...  Elegida.
Verdaderamente posible.
Creo que el mundo puede vivir en paz. Me parece que no responde a la verdad la frase  "que como siempre fue así, así seguirá siendo...
Me da la impresión que esta  idea revela,  al menos dos cosas: la fuerza acomodaticia de la costumbre, o de la inercia, que es mucha; Y una especie de profecía autocumplidora.
Creo que podemos  vivir en paz. Y lo creo porque para mí no es ésta una cuestión de poder o no poder, sino de elección.



No se trata, desde luego, de pretender imposibles: bonita coartada para la frustración. No se trata de vivir en el limbo, en un mundo sin conflictos ni errores, sin agresividad, sin enfermedad, dolor ni muerte...ni siquiera sin violencia.
Quizá la cuestión  no sea tanto la violencia, sino cómo nos relacionamos con ella, cuánto reconocemos los resortes que la activan: El miedo, La codicia,  La impotencia...entre otros, y qué priorizamos a la hora de relacionarnos.
Hemos aprendido, que lo que reprimimos por más que pretendamos legitimarlo envolviéndolo en justificaciones de diverso pelaje, no desaparece,  sino que brota por otros cauces con mayor destructividad.
La paz es posible y necesaria. La paz en el mundo, en nuestro entorno más inmediato, en el interior de uno mismo.
 Es cuestión de elegirla , en consonancia con nuestra verdad mas profunda  que abarca el deseo, la voluntad, el trabajo para no perdernos de vista...y, claro está, la paciencia...



Creo  que implica aprender lo que tengamos que aprender y trabajar por la paz, por lo menos tanto como lo hemos hecho por la guerra...
Si no la elegimos, al menos dejemos de discursear... de sentirnos victimas... de separarnos para creernos únicos e incomprendidos... de creer que lo malo esta afuera...
Si estamos donde estamos, no es obra de algún hado maléfico o de un destino fatal...
Nuestra Locura  Cotidiana...
Es nuestra obra y  es nuestra responsabilidad.

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