Una vez mas voy a contarles acerca del libro: La verdad, ¿la verdad?, que mencione en otro Post.
Y lo hago porque creo que es un escrito-herramienta para trabajar en nuestro desenvolvimiento personal.
Este libro es un texto en el que
Albia Fustet, (ver post del jueves 14 de febrero) expone sus pensamientos, sus reflexiones, sus consideraciones filosóficas
acerca de nuestro estar-estando en el mundo. Nos permite
compartir una gran cantidad de información de la que va nutriendo sus
introspecciones. Por momentos se parece a una meditación que se une a otra
meditación, con sus sensaciones y respuestas, Y así sucesivamente con otras…
Hay párrafos que me resultan vertiginosos… puedo intuir de qué habla, vivenciar
el movimiento al que alude, pensarlos y a la vez experimentar su dinámica.
Está escrito de modo coloquial de
acuerdo con la intención expresada: “sólo ir escribiendo a medida que mis
pensamientos corren….”, como
contándose a si misma o a veces a un invisible interlocutor. En este discurrir
nos muestra la imposibilidad epistemológica de tener la verdad en nuestros argumentos y fundamentaciones:
“Todo lo que tenemos son hipótesis, teorías,
creencias y opiniones acerca de la “realidad”.
Sólo “verdades por el momento”;
además "siempre
podemos seguir aprendiendo y cambiando”, y "nuestra perspectiva puede ser cada vez
mas amplia, en continua expansión
(como el Universo)”.
Nos habla también de la totalidad, de la Unidad. Sus reflexiones y los datos que va incluyendo, conforman un sistema donde la
aventura al leerlo, como ella lo expresa, es “descubrir lo semejante y lo permanente en medio de la diversidad y el
caos”.
Albia nos invita a mirarnos, a descubrir
nuestro modo de estar-siendo en convivencia, y, si acaso lo deseáramos, a utilizar sus reflexiones… hacerlas
propias para intentar generar mas frecuentemente espacios
de co-existencia benéficos.
“El
término: Ser Humano, no es un sustantivo, sino un verbo: somos humanos siendo
humanos, existiendo específicamente humanos. ¿Cómo es eso? Cada uno de nosotros
“lo sabe” en su interior, en su ser humano.
Siento que nos va guiando a través de sus dichos, una y otra vez, para que “veamos” la posibilidad que nos cabe como humanos de
experimentarnos unidos y así contar con
mas probabilidades de ofrecernos a otros conscientes de la ligazón y de
la responsabilidad que de ello se deriva.
“Sabemos que
ser humano es ser en
relación; nunca separado ni solo”.
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