Una actitud sincera ante la vida nos pone en contacto con los verdaderos sentimientos y pensamientos que envuelven una determinada situación. La liberación de toda y cualquier hipocresía o fingimiento despierta la mente y el corazón para que sean más felices y constructivos. Para llegar a la solución de una situación desafiante, es muy importante que seamos recpetivos a la verdad y al uso correcto de la palabra. La actitud sincera fluye naturalmente cuando estamos dispuestos a reconocer y liberar preconceptos y disolver creencias. La honestidad y la sinceridad son sinónimos por traernos paz interior que surge cuando estamos sintonizados con nuestra alma.
(*) El libro de las actitudes
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